No podía dejarlo allí, era mi amigo, y se había desvanecido en tan solo ¿segundos? incluso menos, en un abrir y cerrar de ojos desapareció.
Y sabia bien el porqué de la cuestión, se había ido y quizás para no volver jamás, para un hasta nunca, y yo ¿qué podía hacer? no me iba a quedar llorando como todo el mundo, ni triste tampoco alegre.
Así que regrese al cielo para traerlo de vuelta.