Solo veía como su cuerpo, se alejaba haciéndose cada vez más pequeño, después de la discusión, pensé que en todo lo que había luchado para estar con ella, y no, no la podía perder de un día para otro, así como así.
-¡Espera!
– ¿¡ Para qué ?! para que me digas lo mucho que me odias, para que me digas…
-No, para decirte que te quiero!