Te veo y no me lo creo. Estas ahí, eres tú, esos ojos, esa mirada, sí esa mirada solo puede ser tuya, ¡Manu! voy corriendo a abrazarte, ya echaba de menos esos abrazos, esos abrazos verdaderos que solo tu y yo sabemos dar.
Nos sentamos, y tu mirada hace que sienta, hace que vuelva a sentir, hace que sienta lo que hace tiempo que no sentía, y entonces ese hormigueo vuelve, y sé porque lo intuyo que a ti te pasa lo mismo. Entonces nos callamos, nos miramos, y nuestras miradas esta vez, son intensas, y poco a poco nos acercamos, cada vez más, y más cerca…
-¡Sofía! despierta ya anda, la comida esta en la mesa desde hacer rato y se va a helar.
Y es cuando todo se estropea, por un instante, te vi, te toqué, te escuché y te sentí, pero solo fue por un instante.