Salía el sol en la playa, ella no estaba a su lado. Él guardó silencio por un instante, sabía donde estaba, sabía que no volvería a verla y sabía que tal vez, y solo tal vez, en algún futuro se escribirían, pero solo se quedaría en cartas. Cartas que él enviaría y que no encontrarán respuesta alguna. Empezó a recordar, y, por un instante pudo verla, estaba allí en esa barra del bar donde empezó todo, era el primer día de verano:
– Camarero, pon dos tequilas, uno para mí y otro para esta señorita de mi lado.
– Oh, que forma tan cutre de entrar, lo siento pero yo no soy de esas.
Ella se levanta y se marcha del bar.
– ¡Caerás en mis brazos! todas lo hacen…
No la volvió a ver, tampoco se preocupó por buscarla, ni ella por ser encontrada.
– ¡He! hola, ¿me recuerdas? ese tío al que dejaste plantado en el bar…
– Nunca tuvimos cita… así que de plantado nada.
– No la tuvimos, pero la tendremos, ya sabes todas caen..
– Ya, pero yo no soy todas…
– Lo sé, quedamos en el bar el viernes a las 9 y media.
Esta vez fue él quien se marchó. Fueron a la cita, ella temblorosa y él, en cambio, tranquilo. Se presentaron, cenaron, hablaron, rieron y como no podía ser de otra forma, volvieron a quedar.
A los pocos días se les veía por la playa paseando, en el mar nadando bajo la luna más brillante del verano, haciendo picnics en la playa todos los viernes, yendo al cine a ver una película, y por supuesto dándose un beso de los que duran eternamente en el amanecer playero.
Pero hoy ella no estaba allí, era el primer amanecer que despertaba solo, y él sabía bien porque. Mientras se levantaba, sin querer o queriendo, empezó a regalarle las primeras lágrimas al último día de verano, lágrimas que serían las primeras pero no las últimas.
En su pensamiento solo se podía leer:
-Dios, ¿ por qué ? porque a ella, tenías que haberme llevado a mí en aquel accidente.
No te lo perdonaré
¿Sabes? Yo no soy un chico muy guapo… es así, pero tengo mis armas 🙂 Tengo labia, soy educado y listo por eso no es que caigan todas, pero alguna… recuerdo un día charlando con una chica le dije
– Si quieres te doy mi teléfono y mañana te llamo
– Será que yo te doy mi teléfono y tú me llamas
– No, toma
Le di mi teléfono, mi nokia y me fui. Al día siguiente la llamé para recuperarlo
🙂
jajajaja Que grande! esa táctica es muy buena, me ha encanado 😉