– Perdóname
– ¿Qué te perdone? ¿Para qué, para que lo vuelvas a hacer?!
-Vamos, dame una oportunidad, tú sabes por qué lo hice, tú sabes que lo hice por ti.
-Ahora no me vengas con esas, porque siempre sacas la misma excusa. ¿Quieres decir que cuando te vi con esa chica era por mí? ¿Cuándo fuiste a ver el fútbol con tus amigos y habías quedado conmigo era por mi? Y… ¿Cuándo ayer me dejaste plantada en la boda de mi hermana era por mi? Ya no te creo.
-No, pero esta vez va en serio.
– No puedo, lo siento.
La chica marcha, más que enfadada, triste. Dándole la espalda a este. Él la coge de la mano haciendo que esta retroceda y gire bruscamente:
-¡Espera!
– No, lo siento, el seguro de vida, no me cubre daños en el corazón.
Mi abuelo siempre solía decir… si te lo hace una vez es que es una mala persona, si te lo hace dos ten cuidado, pero si te lo hace tres es que eres tonto.
Y tenía toda, toda la razón