Mientras estaba mirando el cielo estrellado vi una estrella fugaz, lógicamente pedí un deseo, un deseo que no se cumplió, un deseo que nunca se cumplirá.
Ahora estoy aquí, con Manu, sentada mirando las estrellas.
-¡Mira Ana! ¡Una estrella fugaz! Dicen que si ves una y pides un deseo se hace realidad.
-Eso es mentira Manu, yo pedí un deseo una vez, y no, no se ha echo realidad, y… nunca se hará.
-¿Pero pediste un deseo posible? O pediste uno de esos, de quiero cantar bien, y eso si cantas mal pues cantas mal.
-Escúchame, pedí un deseo muy real, pedí que con todo lo que estoy haciendo, el deporte, comer fruta y verdura… Adelgazara, y mira, haciendo todo eso, he engordado, no voy a pesir mas deseos estúpidos ¿sabes?
-Pero Ana, si tu estás bien, si no te concedió el deseo será porque no te hará falta.
-Manu, tú no, por favor, ahora no me sueltes que si estoy bien, que si no hace falta que adelgaze, porque no. Se como soy, y ne acepto y me gusto, pero unos kilitos de menos no me vendrían nada mal.
-Bueno, tú dale una segunda oportunidad y pise otro deseo.
– El problema es que yo no creo con las segundas oportunidades.
Sep7
Luces, cámara, acción 