– ¿ Y te acuerdas de ella?
– Desde que murió, me acuerdo todos los días de mi vida.
– Y… ¿cómo era?
– Pues mamá se parecía mucho a ti, tenía los mismos ojos, era rebelde, me acuerdo que una vez se escapó de casa de los iaios y vino a la mía. Pero lo que realmente caracterizaba a tu madre era su sonrisa, siempre estaba sonriendo y te acababa contagiando y ¿sabes? Puedes sentirte afortunada, porque tú también tienes ese don. Ana, usalo para bien, para hacer reir a los demas, para alegrarlos en los días más tristes, como…
– Como hacía mamá ¿no?
– Sí, como hacía mamá. ¿Me lo prometes?
– Te lo superprometo.
– ¿Alguna pregunta más renacuaja?
– Solo una, y así mañana me pondrán un diez en el trabajo de la señorita Matilde.
– A ver, dime peque.
-¿cuando te diste cuenta de que la amabas?
El padre se quedó pasmado al ver la pregunta que le formulaba su hija de tan solo 5 años.
-Pues, peque, supe que estaba enamorado de ella en cuanto la vi.
– ¿En cuanto la viste? No lo entiendo…
– Tranquila, aún tienes años y años para entenderlo ¡No tengas prisa!