Se para el tiempo, le miro fijamente. Él también lo hace. Cierro los ojos, por un segundo quiero relajarme, necesito relajarme.
Respiero profundo, doy 3 pasos hacia atrás, él sigue mirándome fijamente, quieto, sin moverse.
Oigo el pitido, llegó la hora, corro hacia alante, levanto el pie derecho, al bajarlo le doy con todas mis fuerzas al balón, el balón rueda cada vez más deprisa, como si fuera a la velocidad de la luz.
¡Gooooool! Los aficionados se levantan, gritan mi nombre, mis compañeros me abrazan, se abalanzan sobre mí, el entrenadoe me felicita y todo el mundo parece queremer.
Yo estoy como en un sueño; acabo de marcar el gol que nos ha echo ganar el mundial.
Amanecen los periodicos, con la foto de mi cara y titulares como el salvador. Y todo por un penalti.