Sí, en valencia también llueve y ¿saben qué? Que me encanta.
Y es que cada vez que puede no puedo evitar recordar cuando de pequeña sacaba la lengua para “beber a la lluvia”, cuando me encantaba mi paraguas transparente que aún conservo porque desde allí veía caer la lluvia, cuando por las noches me dormía oyendo como la lluvia hacia música en mis oídos cuando chocaba contra el tejado.
No puedo evitar recordar los días de lluvia en los que le ponía nombres a las gotas que habitaban en el cristal de mi habitación, cuando sl reía al ver que entre gotas hacían “carreras” para ver quien llegaba antes al final de la ventana.
Por supuesto, no puedo evitar recordar como en los dias de lluvia me calzaba las botas de agua y empezaba a saltar como una loca en los charcos; eso era mi mayor diversión ( he de reconocer que hoy cuando nadie miraba he saltado en los charcos de agua, y en mi defensa diré que es lo mas divertido del mundo)
Y es que me encantan los días de lluvia, sacar a lengua para “beber” las gotas, saltar en los charcos, ver las gotas de lluvia en mi ventana.
Porque como los días de lluvia no hay otros.