Le pensaba todas las noches, desde que tenía diez años, imaginaba su boda perfecta, elegía el nombre de sus hijos, intentaba acertar si se parecerían a él, le sonreía siempre que le veía, y sabia que tan solo con cerrar los ojos, lo tenía ahi, a su lado, siempre. Soñaba con grandes momentos, soñaba el primer paseo en barca, el primer viaje inolvidable, la primera taza de té compartida en la mañana, soñaba con ser feliz.
Pero las cosas cambiaron, y cuando se dio cuenta que él ya no hacía ni caso, dejó de ser su novia imaginaria.